María

Habría que rezar por mi
Arrodillarse y padrenuestroquestasenloscielos
Pedirle
Rogarle
libéranosdelmal
Habría que intentarlo
Solicitar su intervención
Sus disculpas
Su exorcismo.
Que Dios me quite
lo que de ninguna manera poseo
Que me borre del lugar
Ahí
adonde
Lo tengo abrojado
Pinchudo
El sentimiento prohibido,
La confusa certeza del amor
Dios
Mañana madrugo... me ayudas?

La espalda de la luna

Yo también quería mirarla a los ojos. Quería su aroma cerca de mi nariz, sus pestañas entrecerrándose frente a las mías. Yo quería sus brazos lacios al costado del cuerpo para tomarlos por los codos y articularlos rodeándome el cuello.
Quería su cintura, suavecita como el terciopelo, y la piel de gallina de los hombros. Sus pecas, sus lunares. El perfume de la ropa limpia contaminado apenas por el humo del cigarro.
Quería que mis palmas transpiraran inocencia.
Yo quería el aliento entrecortado de los nervios. Los rulos despeinados tragándose mis manos. Yo quería el pecho palpitándole de miedo y apretado sobre el mío tan asustado.
Yo también quería la vergüenza de la boca que no sabe qué decir y acaso el silencio tartamudo y bocinazos.
Quería que quisiera pues yo también quería. 
Yo siempre quise besar a una chica.

Tres

Hace muy poco fue que me prohibí pensarte. Cuando dije "ni la sueñes", saliste de mi cabeza, como el humo se que se filtra por cualquier hendija, en todos los formatos -digitales y análogos- posibles.
Hasta ahora sólo tolero/resuelvo medianamente bien verte wifi, online, not mine.

Florencia

Es bella y era un tremendo caos. Es mi amiga pero no distingo si esto es algo real, normal, completo.

Los rumores dicen que, cuando la invitás a tu casa a dormir, ella se acuesta en una cama y durante la madrugada se garcha a tu viejo.

Adonde sea que vamos, todos saben que se la tienen que intentar coger. Mis otras amigas sienten fastidio cuando ella está cerca. Es esa intensidad astrológica, son los rumores, lo que nunca desmiente ni pretende aclarar. Es hermosa, exótica. 

Mil veces la odio. La mira el chico que me dice que me mira a mi. La miro yo queriendo ser así. Antigua, joven, flaca y carnosa. Sexual, sugestiva. Madura, experimentada. Decidida.

Alguna vez supe lo que después olvidé; yo le miro el ombligo y lo encuentro perfecto.

Dos

Es intenso y desconocido.
Soy novata cursando este deseo por investigar tu cuerpo. Jamás antes, siendo ésta una absoluta revelación para mi, había sentido tantas ganas de llegar al fondo de un asunto corporal.

Sí. Quiero saber cómo sería besarte, acariciarte. Cómo será insinuarte hasta dónde pretendo llegar? 

Inexperta. Ay, si pudiese practicar primero para no estar tan asustada, para no ser tan infantil corriendo con esta desventaja!

Pero, aunque veo muchas otras bastante hermosas, ninguna me gusta como me gustas vos.

Daniela

Yo, nueva.
Preadolescente.
Ella nació en Montevideo y es, otra vez, la más linda del grado. ¿La más linda para quién?
Le tengo envidia, creo. Ella usa ropa ajustada y ya parece tener un cuerpazo de mujer y no es una amorfa nenabola como yo. Su nariz es perfecta y casi en la punta se llena de pequeñas pecas. La boca aterciopelada está llena de blancos dientes del tamaño correcto, ubicados en armonía. Sí,  mientras la pienso para poder describirla siento fascinación y una inexplicable envidia. Los varones del grado y del colegio -del planeta y también del universo- la aman.
Yo sé que envidiarla y querer que los varones, al menos los del sistema solar, me quieran mínimamente o aunque sea como amiga es lo correcto.
¿Lo correcto para quién?